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“SENTIR FESTERO”

Manuel Maciá

Antes de empezar con lo que son estas Fiestas, quiero agradecer a la Ciudad de Cieza el esfuerzo y cariño que dedican para sacar adelante sus Fiestas de Moros y Cristianos, agradecer también la amabilidad y trato que me dispensaron en la oportunidad que se me brindó para poder participar de lleno de estas espectaculares Fiestas.

Unas Fiestas en donde inmediatamente te conviertes en uno más de ellas, desfiles, música, traca espectacular y sobre todo, pasión festera.
Historia de una Ciudad que no todo el mundo conoce y que les invito a visitar e informarse sobre ella. El río Segura, fuente de vida para su agricultura, la floración de sus árboles frutales que junto con su colorido se asemejan a esos trajes de Moros y Cristianos que tanto visten, sus yacimientos arqueológicos que nos indican el porqué de estas Fiestas, una parte muy importante de la Historia de la Región de Murcia.

Llegado a este punto, ¡¡ que empiece la Fiesta ¡¡.
Preparado con mi chilaba cristiana me dirijo al campamento donde la recepción fue espectacular, aún no se cómo, cayó en mis manos un quinto de cerveza y se convirtió en un apéndice durante el resto de la mañana. Presentaciones, risas, música y el quinto de cerveza, una mezcla ideal para pasarlo en grande tal y como sucedió posteriormente. Cierto es que andaba algo perdido porque poco conocía de estas Fiestas, pero rápidamente la Presidenta de la Junta Festera, mi amiga Laura y los Embajadores Moro y Cristiano me pusieron rápidamente al tanto de todo (siempre con el quinto en la mano) y verdaderamente, me impresionó y de qué manera la Leyenda de “La Muda”, tanto fue que pedí me la escribieran para una publicación en la Revista Festera de la UNDEF InfoFiesta.

Pasó la mañana y nos dirigimos al Campamento para comer y tomar algún refrigerio (quinto de cerveza) que ya el sol estaba apretando y había que reponer fuerzas para la batalla de la tarde, que según me contaron era “a muerte”.
Música, risas y un ambiente envidiable con unas vistas desde el Balcón del Muro al Río Segura, su Paseo Ribereño y a los campos de esta Ciudad de la que no podía quitar los ojos.
Llegó el momento de la verdad, fuimos a prepararnos para la batalla y por aquello de las circunstancias de la vida, me despojé de mi chilaba cristiana y me vestí de moro, por lo que comenté “siempre que desfilo gano las batallas” (en mí pueblo soy Cristianos y aquí Moro).
Estaba muy ilusionado ya que iba a participar en un relato histórico, me iba a adentrar dentro de la Historia de Cieza, de cómo “La Muda” advirtió a su pueblo de lo que les esperaba.
Pues bien, nos dirigimos al Puente y nos preparamos para la Batalla, yo iba escoltado al Rey Granadino Abu-I-Hassán y su preferida hasta que en el centro del puente que da acceso a Cieza, empezó la Batalla en donde pude comprobar el realismo de la misma en donde se cruzaban espadas con palos, lo cual daba cierta desventaja a los Cristianos que fueren hechos presos.
Se les trasladó a la Ermita de San Bartolomé en donde el realismo de la situación seguía estando a flor de piel y el trato a los prisioneros Cristianos era realmente veraz.

(Como podéis comprobar hace ya mucho que no nombro al quinto de cerveza, había que estar con todos los sentidos en su sitio para actos tan emblemáticos).
Finalizó este día con unos actos que aconsejo los viváis con cariño e ilusión ya que es nuestra Historia, es Historia de todos, es Historia de España.

Muchas gracias por la oportunidad que me disteis de vivir vuestras Fiestas. Un saludo muy afectuoso
Manuel Maciá

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